lunes, 3 de marzo de 2014

A Europa sin visado, a Colombia a por las divisas

Hace 12 años con la imposición del visado para entrar a Europa a los ciudadanos y ciudadanas colombianas, algunos intelectuales fueron los únicos que hicieron mover un poco los cimientos a España, al anunciar que no regresarían a pisar ese suelo ibérico. El único que se mantuvo en la posición de no regresar a la mal llamada madre patria fue el escritor Fernando Vallejo.

España impulso este trámite y se escondió bajo la sombra de Bruselas, al señalar que eran exigencias provenientes de allí, cuando lo que se quería era detener la llegada de personas migrantes, quienes en su gran mayoría buscaban mejor estar en un territorio donde se encuentran parte de sus riquezas que de forma non santas se las han llevado y sobre las cuales también tienen derechos de disfrute y beneficio.

Hoy no es un triunfo de la diplomacia colombiana, ni de la labor del presidente Santos, es un interés económico europeo, así de simple. Hay que entender esta decisión en el marco de la crisis económica que vive buena parte de los países de la Comunidad Económica Europea, que no encuentran el camino para salir de ella, porque países como china han roto todos los esquemas económicos que Europa había implementado durante décadas en buena parte del mundo.

España históricamente no ha sido un buen anfitrión, solamente que en un momento reciente de su historia, como fue el boom económico producto especialmente de la especulación inmobiliaria, requirió mano de obra barata, por esa razón abrió sus fronteras y tan pronto observó que estos nuevos habitantes disfrutaban las migajas de su bonanza las cerró. Como efecto colateral llevo a fomentar la corrupción, porque se debía acudir a tramitadores para obtener un visado. Pero algo peor, con su cierre de fronteras, ha llevado al continente africano a incrementar las muertes en desiertos, valles, montañas y en el mar, por lo que Europa debe asumir su culpa moral y material.

El interés de España de quitarle el trámite del visado a la gente de Colombia, es de lógica simple, consideran que la lengua y los lazos culturales le darán preferencias. Así será más fácil participar de la economía extractiva de la locomotora minera que tanto pregona el Gobierno de Santos. Pero se han olvidado de la historia, y seguramente el resto de Europa estará planeando su estrategia de la época colonial, España despojaba las riquezas de América Latina y desde Bruselas la despojaban a ella.

El intercambio es claro vamos a Europa sin visado y de allí vienen a Colombia a por las divisas.

Para quienes tienen la posibilidad de viajar por motivos de vacaciones, estudios, negocios o para migrar bienvenida esa medida, pues no es un regalo es un derecho de “ciudadanos del mundo”, título del libro de la profesora Adela Cortina. 

Una sugerencia al gobierno colombiano. Hay una posición clave en diplomacia que la conocen muy bien y es reciprocidad, cuando vuelva a suceder con Europa u otro país que quiera imponer el visado, que por supuesto tienen toda la soberanía de hacerlo, simplemente se les pone una disposición similar y como en muchas ocasiones no somos valorados en la misma medida como personas, se cierra la extracción de materia prima a sus multinacionales y alguna cosa más en lo económico, entonces tengan la plena seguridad señores y señoras del gobierno de Colombia que por un lado defenderán la dignidad de sus ciudadanos y ciudadanas, pero además ganarán el pulso, porque no van a poner visado, ya que los empresarios y empresarias de aquellos países no resistirán un veto de estas características.

Adenda:

Estaría bien que el gobierno de Colombia velara por la situación de sus compatriotas que viven en España, quienes se encuentran asfixiados por la crisis económica, las deudas y el crecimiento del racismo y la xenofobia. Preguntarle al gobierno de Mariano Rajoy, qué está haciendo para que la crisis no sea más aguda en lo físico y moral para estas personas.

sábado, 1 de marzo de 2014

Presentación Matriz de Acuerdos de Paz

 
El profesor John Paul Lederach presentó en Colombia la Matriz de Acuerdos de Paz (MAP), la cual ha sido construida por un grupo de investigaciones de la Universidad de Notre Dame. Partieron de la revisión de más de 600 acuerdos en conflictos violentos desde 1.949, posteriormente realizaron análisis a profundidad en 34 donde se han llegado a “Acuerdos Globales”.

Lederach coincide con quienes en Colombia venimos planteando que es mucho más acertado que se hable de posacuerdo que del posconflicto, pues debido a que éste segundo no termina, sino que se transforma, mientras el acuerdo es algo concreto, estático, producto de un proceso, el cual después de la “foto final” que es lo que espera mucha gente, debe continuar, teniendo presente que puede tener diferentes ritmos, posibilidades de concretarse algunos puntos, incluso siendo necesario en ocasiones que se renegocien aspectos ya acordados.

La MAP, es un instrumento valioso para quienes estudian conflictos, pero también para negociadores, asesores, gobiernos que quieran entrar en procesos de paz, debido a que ofrece una gama amplia de acuerdos que se han firmado en conflictos, los cuales pueden servir de referencia para los conflictos que se vayan a abordar o se estén abordando. Es una herramienta diseñada para estar en continua actualización.

En los análisis realizados, John Paul llamó la atención sobre los temas económicos, pues son éstos en buena medida el epicentro de los conflictos y si no hay una revisión, un cambio profundo en las estructuras económicas y su funcionamiento al interior del Estado, puede ser frustrante para la población.

Más en detalles de la MAP en: www.peaceaccords.nd.edu